viernes, 23 de octubre de 2020

AL ALBA


Tornan las algas, las conchas y sus chinos,

a la orilla silenciosa del alba.

La arena seca vuelve a humedecerse

con la espuma madrugadora del agua,

en tierno contacto, de mareas bendecidas,

la convierte en pulcra y nueva, cada día.


Amanece.


Vuelven las barcas a su pendular equilibrio,

sus anclas, de los amarres caen, por fin tensas,

tras duro viaje de tempestades y tormentas.

Los veleros yerguen sus ruidosos mástiles al alba de un sol de otoño.

Ansían gaviotas que los cimbreen, más rezan sus plegarias al viento, sólos.


Llega el olor, húmedo, de un mar de recuerdos olvidados.

La traiña ya no regresa tras su faena.

Se aleja en el horizonte para siempre, a explorar otros mares

y a arribar en otros puertos, nunca antes transitados.


El rebalaje de las olas borra nuestras huellas errantes,

arrastrando consigo dunas de secretos y caracolas resonantes.


Mirlos que anuncian el alba,

farolas que van cesando.

La ciudad está despertando.

...

Todo vuelve a empezar.

Más nada tiene retorno.


La gaviota abre sus alas, y por fin vuela…

alto.



// MDM //

22 de octubre de 2020






sábado, 4 de abril de 2020

Día 20


Llueve


Llueve lluvia,
llora el hombre,
ríe la tierra,
por fin en tregua.

Esparce a la par
luz y tinieblas.
peste y salud,
alimento y aliento.

Erosiona esa piedra latente
que terca ahí permanece,
granítica y dura,
babilónica, crónica.
que observa con ignorancia,
este esperpento dantesco,
creado con la arrogancia
de su rígido armazón rocambolesco.

Una danza en cortejo
presagia un final incierto,
sones de música lejana
no preludian un buen concierto.

Llueve igual para todos.
Levanta lodos resecos,
traga tapias de cemento,
se cierne por grietas de deshechos.

Llueve sobre mojado,
sobre tierra infectada,
sobre roca sorda y ciega,
que nunca recibe a tiempo
dádivas regaladas.

Llueve a lamento,
a corazón deshojado,
a soberbia de acero,
a intereses callados.

Llueve y llueve,
en regiones desiertas.
Llueven balas de tos
y de lágrimas secas.

Llueve en arroyos
ya encharcados por el lodo.
Y en pantanos inundados
de vástagos y nieblas espesas.

Llueve cuerpos calientes,
mojados bajo la tierra,
sin arrope que les cubra
ni despida de esta tragedia.

Llueve.

Y llueve sobre los escombros,
llueve aire de pulmón fatigado
que intenta respirar acompañado.
Corazón desgarrado.

Llueve esperanza,
llueve café, llueve sol,
llueve pan, llueve contracorriente.
Llueven acordes, letras, y música,
llueven canciones, aplausos y guantes,
que se destilan en mi cara,
sobre la tibia máscara aberrante.

Llueve en mi higuera perdida,
en mi huerto abandonado.
Llueve en mi casa,
y en mi ventana salpicada de barro.

Llueven semillas de encinas perdidas,
llueven sonrisas y risas bandidas.
llueve sobre un cielo limpio,
que regala destellos de alba, y vestigios
de un ayer del que solo quedan resquicios.

Llueve y debe oler a incólume,
a vida remontada.
A sábanas blancas y a lilas moradas,
a lavanda y a romero,
A flores abiertas,
a pasión descerebrada,

Pero yo no acierto a olerlos.

Llueve y se moja mi cara.
Llueve y empieza el mañana.

--
MDM
02-04-2020
Día 20 de la cuarentena




jueves, 5 de marzo de 2020

Todo cambia

Os dejo esta joyita de mi amigo Javier Puche, espero que la saboreéis  como yo.



Todo se rompe
Ahora y siempre
No sólo las cosas
Que nos rodean.
Me rompo yo
Te rompes tú
Se rompe ella y se rompe él
Nos rompemos nosotros
Os rompéis vosotras
Se rompen ellos.
También se rompe el lenguaje
Que es nuestro puente
Y a la vez nuestro muro
De contención
Frente a los demás.
Se rompen las palabras
De este frágil poema roto
Y se rompe el porvenir.

Quizá nuestra misión,
Aunque estemos rotos,
Sea construir algo
Tierno y elegante 
Con los añicos del mundo,
Erigir adorables figuras
En el corazón del tiempo
Aun sabiendo que al instante
También se romperán.


 - Javier Puche

sábado, 29 de febrero de 2020

Amar las preguntas



Ten paciencia con todo aquello
que no se ha resuelto en tu corazón
e intenta amar las preguntas por sí mismas,
como si fueran habitaciones cerradas
o libros escritos en una lengua extranjera.
No busques ahora las respuestas
que no estés preparado para vivir,
pues la clave es vivirlo todo.
Vive las preguntas ahora.
Tal vez las encuentres, gradualmente, sin notarlas,
y algún día lejano llegues a las respuestas.

Rainer Maria Rilke

martes, 11 de febrero de 2020

Él


Juega a ser malo, siendo bueno.
Se hace el bueno, creyéndose malo.
Vive dentro, soñándose fuera.
Burla a la gente como un disidente.

Ríe llorando,
camina pensando,
canta en silencio,
duerme despierto.

Habla y no escucha,
come y no calla,
besa y replica,
hombre de agallas...

Alarde y cobarde.
Quieto en movimiento.
Más vivo que hambriento.
Ausente y presente.

Anda sobre un alambre,
al límite de sus posibilidades,
arriesgando y perdiendo,
ganando a pulso sus habilidades.

Cabeza de enjambre...

Pero guarda un tesoro.
Dentro.
Y no lo sabe.

---

MDM
09/02/2019

lunes, 10 de febrero de 2020

Sine Die o El regreso

Han pasado cuatro años desde la última publicación en este medio y no puedo evitar pensar cuán rápido pasa el tiempo, cuántas azarosas circunstancias nos rodean y cuántas decisiones personales tomamos a diario, que son las que van configurando nuestro camino, nuestro ser y - por qué no - nuestro destino. Y es que hoy tomé algunas decisiones, y fue un día marcado en mi agenda.

Me asomo de nuevo tímidamente a mi ‘Pasapaginas’ con la esperanza de que mis entradas vuelvan a ser leídas o pensadas por alguno de mis seguidores de antaño, a quienes nunca quise mostrar en el blog, y a los que nunca concedí permiso para comentar; y es que quiero mantener este espacio ajeno a la cultura del graffiti y opiniones versadas, (para ello ya están las redes sociales al uso, medios de los que huyo últimamente).

He eliminado algunas entradas que han pasado a formar parte de mi “cuaderno personal” y a partir de ahora mis postas abarcarán todo lo relacionado con todo. La vida, el arte, la música y poesía. La ciencia, la cocina, la cerveza, el vino y el amor.

Os animo a seguir pasando páginas o simplemente a pasar página, pues al fin y al cabo nuestras historias se tejen en negro sobre blanco, aunque las palabras se las lleve el viento...